Diferentes títulos y tratamientos que deben utilizarse en las cartas.
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En las cartas familiares, la dirección consiste en el nombre o apellido del destinatario, precedido de un simple señor, señora o señorita, señor don o señora doña, en abreviatura (Sr., Sr. D., Sra., Sra. Dña., Srita.).
En el ambiente de negocios u oficial, los títulos y tratamientos en una carta son extremadamente importantes. Es preciso mencionar también el cargo que el destinatario ejerce en la empresa mercantil o industrial o en la oficina pública: consejero delegado, presidente, jefe de negociado, jefe de sección, etc.
Es ridículo exagerar, como lo hacen algunos, en los tratamientos de deferencia y de respeto.
Llamar ilustrísimo a quien no tiene un gran renombre puede parecer hasta una burla, y con motivo, podría ofenderse el destinatario.
Sin embargo, en las cartas de respeto, se deben dar siempre al destinatario todos los títulos académicos (profesor, abogado, ingeniero, doctor, contador) o nobiliarios (barón, conde, marqués, duque), o de otro orden (caballero, caballero oficial, comendador, gran oficial) que les corresponden.
Y no está de más añadirlos también en los sobres de las cartas dirigidas a personas de confianza, pues la dirección ha de ser leída por el que tiene que llevar la misiva, recadero o cartero, y es conveniente que éste sepa a qué clase de persona la ha de entregar.
Hay categorías de personas a las cuales corresponden tratamientos especiales.
Títulos y tratamientos en una carta
- Al Sumo Pontífice, corresponde el tratamiento de Su Santidad, y en el sobre, debe escribirse A la Santidad de Nuestro Señor;
- A un emperador, en el encabezamiento, se le llama Sire, en el cuerpo del escrito, Vuestra Majestad imperial, y en el sobre, A Su Majestad imperial;
- A un rey, en el cuerpo de la carta, Vuestra Majestad, y en el sobre, A su Majestad;
- Al presidente de la República, se le da el tratamiento de Señor Presidente, y en el sobre, Al Señor Presidente de la República;
- A los príncipes soberanos, corresponde el título de Su Alteza Serenísima;
- A los príncipes de sangre real, Su Alteza;
- A los cardenales, Su Eminencia;
- A los príncipes que no sean de sangre real, se acostumbra dar en el texto de la carta el tratamiento de Alteza, pero en el sobre, se escribe simplemente A Su Excelencia; Los chinos emplean un pincel para escribir sus cartas;
- A los ministros, secretarios y subsecretarios, al presidente del Senado y de la Cámara de los Diputados, a los generales, a los embajadores, al presidente y al fiscal del Tribunal Supremo, a los gobernadores, a los patriarcas, arzobispos, obispos y abades mitrados, les corresponde el tratamiento de Excelencia; y en el sobre y encabezamiento del escrito, Excelentísimo Señor (Excmo. Sr.);
- A los diputados y a los senadores, se les da el tratamiento de Honorable en unos países, y en otros, el de Ilustrísimo Señor (Ilmo. Sr.);
- A los arciprestes, canónigos y curas párrocos, se dará el tratamiento de Reverendísimo; y a todos los demás sacerdotes, el de Reverendo.